7 de julio de 2009

Llama de cristal

El edificio con más cristal se enciende por las tardes, cuando hay sol, claro. Es una hermosa llamarada naranja que parece ondular por el viento vespertino. Desde la plaza de San Gabriel puede contemplarse el espectáculo. Ya se ha formado un grupo de viejos que se reune a observar. Al iniciarse la flama, guardan silencio, igual que yo; si no hay sol, hablan un rato y luego se marchan. Yo permanezco para ver las sombras que se entrecuzan, ya de noche me voy perdiendo entre farolas, bancas y árboles, mientras los cuervos ya se han dormido.

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