28 de mayo de 2009

Miércoles 27 de mayo

Hoy, entre la prisa por terminar de esquivar el aguacero, tropezando con cientos de peatones, alcancé un lugar en el andén. Entre el ruido y el viento escuché el grito de una mujer: un hombre había caido frente al tren. Di la espalda, sentí conmiseración y me alejé unos metros del lugar. Alguien comentó que no cayó accidentalmente, se había lanzado. Me replegué en la pared.

18 de mayo de 2009

Este día sigue siendo como los demás: por ahora todavía la página en blanco. No sé si se quedó dormido o no tiene nada que decir. Bueno, esperaremos que nos de un buen cuento, relajado y evocador. La noche le traerá la esperanza de algo desconocido y entonces, estoy seguro, pondrá algo en esa hoja. Aunque no le faltarán el desconsuelo, ni alguna partida furtiva, ni esos largos silencios de ausencia... o la lluvia en el cristal rumiando las horas.