25 de noviembre de 2011

Escalera al cielo

Suena en mi laptop Escalera al cielo mientras trato de revisar un artículo. Afuera, el frío afila su cuchillo para seguir cortando el aire. Me levanto, me asomo a la ventana, nadie en las aceras. Es viernes, pero el mundo parece dormir. Vuelvo a mi texto, mi otro yo dormirá para soñar con calles de farolas amarillas.

20 de noviembre de 2011

En la barra de un bar

El viejo, lamiendo un recuerdo, encorvado sobre el trago, murmuraba. Era una fina cadena de palabras que guardaban un ritmo interior y formaban versos. Narraba la historia de un hombre feliz, que tenía el corazón contento y que en su sonrisa navegaban besos. Con el sabor salado del tiempo que fue rezaba en una canción espantando la soledad. Yo lo miraba apurar el licor, era como haberlo recortado de un cómic de la tristeza; era como una sombra venida desde lejos, de amores empolvados, canciones y guitarra, de largas madrugadas. La soledad y la tristeza que vendía bajo la luz amarilla del bar tenían la dignidad de quien las conoce y les permite estar en él. Inclinado sobre el olor a vino su ebriedad era una condecoración pendiéndole del pecho. Su rosotro y su voz me recordaron los acordes de una armónica vibrando en los más íntimo de mi alma.