23 de febrero de 2011

Nigth Park

La noche se empecinó en las calles. El parque de farolas de debil luz amarillenta, alberga las sombras huidizas de los peatones. Hay un olor a flores y a motores de autos. La gente en las aceras camina ajena, mirando rostros ajenos, como escondidos. Todos se miran como no mirando, pero buscando un eco en el otro. Yo soy ese que se detiene bajo el farol a encender un cigarrillo, miró mi sombra difusa y observo a los otros. Marcho despacio y llegó a la orilla del parque. El humo se espesa y levita ante mi rostro imaginado por mí como uno diferente. Es un crucigrama cada rostro que atraviesa frente a mí. Levanto un poco más el cuello de mi abrigo, doy una bocanda más y cruzo la calle. Soy un punto más en la ciudad, casi invisible, casi sin existir.

13 de febrero de 2011

Un poco de adiós al pasado

Creo que dejé de sentir tristeza por el pasado... bueno, menos tristeza. No lo podemos recomponer. Los espíritus que habitan mi pasado son poderosos y habían congelado una parte significativa de mi existencia. Pero no es posible tener miedo de soltar las amarras porque los fantasmas nos atan. Recordaré las cosas que pasaron como algo que fue... y, claro, que no puedo arreglar. Desde hace varias semanas mis días se suspendieron en una vida pasada... Dejo aquí esta nota, no era lo que quería decir. No lo quería escribir así. Abriré la puerta a la brisa fresca, que ventile mis habitaciones, luego, lo intentaré de nuevo.