28 de junio de 2006

Partida

Recién terminó el mediodía y la nublazón continúa siendo el tenor. Ayer llovió la tarde, desconsolada, sin ni una sola palabra. Hoy el rumor de presagio se desgrana desde el cielo entristecido. La imagen del abandono y de la desolación se dibuja en la acera de enfrente: un hombre, desconocido para mí, en el quicio de la puerta del viejo edificio con una maleta y su impermeable.

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