25 de marzo de 2011

La noche del jazz

La noche mecía las frondas de los árboles de la plaza; frondas rediseñadas por la luz de las farolas. En el pequeño escenario, el grupo ya se había instalado. Todavía quedaban lugares libres y tuve la oportunidad de seleccionar una silla en la primera fila. La indumentaria oscura de los músicos mudaba de tonos por la iluminación.
El cuarteto comenzó a tocar: Coltrane y los demás clásicos. Mi café me calentaba la mano. El viento, como gato, se colaba entre las filas. La noche iniciaba con notas de sax; la noche siseando prometía...
Olvidé, sin darme cuenta, el resto de mis asuntos. La noche era mi amiga y se había sentado a mi lado. Nada impotaba ya.

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