15 de julio de 2010

El mago

Había una vez un mago; tenía una capa negra, un sombrero de copa y una vara para señalar los encantamientos. Poseía un libro de trucos y un pasado lleno de recuerdos que su magia no podía borrar. Guardaba sus artilugios en un viejo baúl, el cual cerraba celosamente con llave, que luego escondía en un bolsillo secreto. Se llamaba Señor X. Todas las noches sacaba la capa, el sombrero y la vara, los limpiaba, los acariciaba y los volvía a encerrar. No los usaba desde hacía mucho tiempo. Para sus actos de magia no los necesitaba. Le gustaba hacer tales actos de magia en las calles. Podía hacer recordar a una anciano el nombre de su primera novia; a un niño verse de grande; a las mujeres, sentir de nuevo el gusto de un beso. Pero su magia no suertía efecto en sí mismo...
Disculpen, llaman a la puerta. Tal vez es magia... tal vez es mi imaginación.

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