23 de abril de 2010

Tráfago

En la ruleta rusa de la oficina, haciendo lo que me gusta sí, pero sacando la cabeza del devenir de papeles, un amasijo de esperanzas, una cuadrícula rídicula de cifras positivas, un buenos días falso, los timbres de los celulares... personalizados y ridículos. Un mosco garabateando el aire que se espesa poco a poco. El mediodía deja resonar sus pasos. Tengo tantas cosas que hacer que el reloj se vuelve un rompecabezas insólito. Allá afuera, los cafés, las calles mis amigas. El sol apostado en las esquinas esperando la noche... qué día tan largo. Entre los renglones de mi cuadernillo anoto mi frase afortunada, especial, tal vez al anochecer la tache y busque otra genialidad literaria. Por lo pronto imagino una mariposa deletreando un nombre... y así gira el día por hoy.

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