Me contaron ayer que te vieron salir de un café; que te abrazaste a él bajo el paraguas; que se dieron un beso y caminando despacio se perdieron en la calle de lluvia. Yo sonreí para que no vieran mi tristeza, pero no fue más que la mueca de un payaso sonriéndole a su soledad.
1 comentario:
Lo hablado la otra noche: no se necesita la gran historia para abrir un alma.
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