22 de marzo de 2010

Este día la ciudad

Este día la ciudad siguió pasando vertiginosa como suele suceder a diario. Por la ventana entraba el viento que agita, el polvo que levanta, los sonidos que emite. Este día la ciudad sin mí... yo sin ella; la dejé transitar allá afuera. Yo, yo me quedé dentro, extrayéndo motas de recuerdos de la alfombra, de los resquicios de los muebles olorosos a tiempo. Este día la ciudad se fue oscureciendo entre las notas de un desvaído Charlie Parker y su alto saxofón. Al mismo tiempo abrió los ojos de luz y se vistió con su traje de colores para disfrutarse, así, de noche. Yo ya no salí.

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