25 de febrero de 2009

Se levantó de la cama en donde había hecho el amor y dormido. Desnudo se dirigió a la ventana; la ciudad comenzaba a despertar. Recorrió con mirada ausente el panorama: algunos autos, alguien presuroso por una acera, alguien somnoliento por la otra; cuadros amarillos se empezaban a recortar en los edificios negros de noche y sueño.
La habitación estaba en penumbras, en el lecho, durmiendo aún, el joven amante; su cuerpo estaba relajado, cubierto apenas por la sábana.
Desde la ventana, con profunda tristeza, lo observó largamente por última vez, luego, saltó.

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