6 de diciembre de 2010

Tarik

Tarik, el más grande ceramista de Mogador, vino a mi mente cuando traté de enviar un email a alguien que no he visto en persona desde hace veinticinco años y con quien me he comunicado infrecuentemente, precisamente, por email. Igual que Tarik al desear modelar la pieza única, quise redactar algo tan preciso, tan especial, tan diferente. Quería escribir un texto particular, que dijera tantas cosas... permanecí mirando en mi interior esa luciérnaga brillante. ¿Qué palabras breves pueden condensar lo que no le dicho en toda una vida? ¿Qué instante puedo capturar para mi hijo?

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