28 de mayo de 2009

Miércoles 27 de mayo

Hoy, entre la prisa por terminar de esquivar el aguacero, tropezando con cientos de peatones, alcancé un lugar en el andén. Entre el ruido y el viento escuché el grito de una mujer: un hombre había caido frente al tren. Di la espalda, sentí conmiseración y me alejé unos metros del lugar. Alguien comentó que no cayó accidentalmente, se había lanzado. Me replegué en la pared.

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