24 de mayo de 2011

Noche otra vez

La luminosidad de la ciudad derramándose en edificios, autos, cristales, pavimento, árboles... me cegó (como siempre) a mitad de la mañana. Ciego fui por las aceras, doblé esquinas concurridas, toque codos con mis codos (alguna mano), brazos con brazos, algún hombro... un disculpe murmurado. Luego, las aceras de colores, las vidrieras, los autos, el pavimento, todo devolviendo el rojo, el amarillo, el verde, el azul, el violeta, el blanco, el café, el crema, el negro, el lila, el rosa, el naranja, el gris. La noche multicolor ha vuelto.

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