22 de octubre de 2010

Cuadrícula

El hombre hablaba y con las manos trataba de expresar lo que su mente elaboraba. Abría los ojos queriendo ser claro. Yo lo escuchaba formándome una idea de lo que decía. Lo veía dentro de una habitación con fotografías antiguas de su familia y de amigos, pero él casi no reconoce a quienes aparecen en ellas o los confunde. No tiene recuerdos y los que le llegan son difusos, como si el viento del pasado se los llevara en un torbellino. Era un tipo sin orden en su interior. Me dio la impresión de que con una estructura cuadriculada lo habían fragmenado y separado. Me fui del ahí con una sención agria.

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