Mis apuntes han quedado abandonados, lo mismo mis libros... mis cosas. Por no sentirme bien me recluí en mi recamara. Desde ahí escuché el viento pasar, el día declinar y la noche agonizar. El mismo gorrión tocó varias veces el cristal, la misma paloma se detuvo a descansar o a mirar no sé qué.
La casa negra de Heighsmith se abruma de abandono y yo por abrir sus páginas, pero mi ánimo se siente cansado... es la soledad a solas.