27 de agosto de 2010

La soledad

La soledad es como esperar y esperar y esperar y esperar...
siempre en silencio o en el invariable tono de nuestro monólogo interior.

20 de agosto de 2010

Vacío

El día está vacío; mi interior está vacío. No encuentro un asidero. En la neblina donde el tiempo y el espacio se fusionan, me resbalo, no hay nada que me succione o jale, sólo me resbalo, no lo puedo evitar.
El día llegó vacío, el buzón no me guarda ningún secreto; el lado externo de la puerta no me tiene una sorpresa. El otro extremo del teléfono guarda silencio; la hoja de mi agenda, duerme. El viento tras los cristales, pasa, se va de largo dejándome como el cartero que no me entrega un sobre, como el fondo blanco de mi bandeja de entrada: sss... el sonido de la nada.
Dentro de mí ningún mueble; ni una silla para descansar, ni una cama donde soñar que mañana habrá secretos por develar, sorpresas para alzar las cejas, que una voz dirá mi nombre, un número en mi agenda, un viento en remolino en la ventana, mi bandeja de entrada con destellos negros de emails y en mí, el mobiliario dispuesto para sentirme en casa.

17 de agosto de 2010

De prisa

Esta noche tengo prisa, debo dormir más temprano; cerrar los ojos ya. No pondré cosas en mi diario anotar, no quiero mirar largamente por la ventana ni esperar el ring del teléfono. No quiero mirar esa pared que parece albergar rostros. No elaboraré ni una sílaba de ningún poema. Esta noche tengo prisa, dormiré, no debo permitir que los fantasmas se marchen. Esta noche pensaré en quienes hace tanto tiempo no veo; acudiré al pasado. En mis sueños volveré y miraré la vieja casa de mi madre y a ella, joven, sentada en la cocina; volveré a ver a mi hermano siendo niño y a mi padre fumando. Mi hermana estará ahí, con los sonrientes ojos negros brillando.
Esta noche dormiré abrazado a las figuras de arena, antes que un viento repentino las desvanezca bajo el sol de los años.

12 de agosto de 2010

Siete líneas ¿Tendrán algo de cierto?

He vuelto al café después de varios días. He sacado mi libreta de notas y escribí varias líneas, desde mi perspectiva, es un poema, pero no lo sé en realidad. Dice: El aguacero de los años/no sólo ha borrado tu rostro/ha lavado hasta tu nombre/inyectado en mi piel./Hoy, yo mismo soy otro/he mudado hasta de olor./Ya no estás en mi agenda, no más.../y yo, más solo que nunca.
Luego, bebí lentamente el cafe y me marché, con la tarde a cuestas.

11 de agosto de 2010

Casa sola

Afuera, una ola amarilla es el jardín silvestre. Dentro, la penumbra va creciendo, invade la sala y el comedor, la estancia y la cocina, las habitaciones. En los muebles el polvo casi ingravido se deposita. Hay un silencio distinto, un sensación de ausencia total. La casa no se encuentra simplemente sola. Un libro, sobre la mesa de noche enseguida de la cama, abierto, pero nadie lo lee. Cerca del libro, sobre la cama... La casa está de luto. Sola.

9 de agosto de 2010

Es la soledad...

Es raro saberse solo. Aunque se esté acostumbrado y se lleve como una condición y se reconozca como un estado, es la soledad. Suelo escribir algunos versos y soltar el papel para que ruede por la calle. Nunca he recibido ningúna respuesta (en esa botella echada al mar, anoto mi dirección electrónica). A veces me pregunto ¿Sucederá que alguien, algún día, lo levantará y lo leerá... y, encima, me responderá?
Es la soledad. Soy un viejo acostumbrado ¡y lo que me encuentro haciendo a veces! Muy a veces, es cierto. Ahora cerraré la ventana, hoy no soltaré nada, dejaré que ese extraño que podría leerlos, pase de largo.

7 de agosto de 2010

Nebulae

Aterriza en Nebulae wwwnebulae.blogspot.com

La memoria en la literatura

Hace mucho tiempo, alguien me dijo que no está bien escribir textos que sólo son recuerdos. De hecho, alguien criticó mi primer libro diciendo que lo había escrito a partir de lecturas. No me importó que dijeran ninguna de las dos cosas. Se escribe porque se desea hacerlo; que uno se base en memorias, en lecturas en verdades o en imaginación, el punto es elaborar, construir, tejer, hilvanar, un cuento, un poema o una novela. Puedo anotar que Woody Allen se repite en cada película y que Paul Auster en sus novelas, también. Creo que sucede esto no por carecer de imagianción, sino porque les gusta crear los mundos que a ellos les son cercanos, acogedores y que, simplemente, resultan de su interés. aquí, en esta ciudad, tengo matrial para contar lo que me llama la atención y, además, estás páginas constituyen, a veces, el diario de un hombre solitario. Ese puede ser alguien conocido o yo mismo o un configuración de letras. En este punto debo decir que nadie es lo que parece y nada es lo que creemos. Me gusta la multiplicación de personalidades y la incertidumbre. Hoy, por ejemplo, llueve y la ciudad luce empañada; yo escribo, desde un altillo penumbroso, tibio y tranquilo. Eso es suficiente.