28 de octubre de 2008

Una nota más al aire citadino




Una más para prender en el aire de la ciudad que todavía arde en un verano que siempre se alarga. Una más antes de que tu aliento se empiece a en friar y a dejar estas calles que te vieron cruzar día a día. Una más y nos vamos... tu sabes qué quiero decir.
Yo quiero ser... el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas...
-Miguel Hernández-

Algo me decía que una vibración diferente aleteaba el aire caliente del desierto pavimentado. Yo sabía que no era bueno acordarse de alguien así nomás de repente. Pero en fin, nada de lo que diga ahora le servira, nada hubiera podido hacer... ni yo ni el resto de sus amigos.
Ya le hablaremos otra vez, en sueños.

27 de octubre de 2008

Ayer, yo en lo cotidiano, él, muriéndo de prisa. La ausencia, como marea silenciosa, arropó el día... las cosas se distanciaron, las horas se volvieron un atado indecifrable y la contemplación apenas enmascaró la pena.

24 de octubre de 2008

Hoy no quiero escribir, será por que vi al hombre de enfrente de pie, indeciso en el umbral de la puerta cerrada, con una maleta en la mano y en la otra, imagino que una historia por enterrar. Finalmente, vacilante y desarticulado, se marchó.
Hoy no quiero escribir, será porque mi teléfono no suena desde hace años y hoy, no sé por qué, volví a notarlo. Esta es la última línea de hoy, la noche doméstica empieza a rodearme, encenderé la lámpara y dejaré caer la vista sobre el muro de ladrillos negros de esta novela aciaga.

23 de octubre de 2008


Otro día como el de ayer, nada que escribir, nada que decir...
todavía queriendo ser el que no soy.